Un rasgo común en muchas personas exitosas: directores, ejecutivos de empresas, grandes políticos y otras personas influyentes, es que se levantan temprano, una característica que puede evidenciar la importancia de las actividades realizadas durante las primeras horas de la mañana.
No se trata sólo de trabajar desde temprano, sino de empezar el día realizando una serie de acciones que potencian la salud, la proactividad y la productividad:
- Ejercitarse: hacer ejercicio proporciona un impulso de energía para el día y una agradable sensación de satisfacción. El ejercicio realizado durante la mañana motiva a continuar con vitalidad y disminuye las posibilidades de decaer durante la jornada laboral.
- Planificar: la mañana es un buen momento para organizar el día y trazar objetivos, ya que es uno de los pocos momentos de tranquilidad que se tienen para reflexionar y priorizar actividades. Dentro de la programación no deben olvidarse los descansos, son necesarios para la salud física y mental.
- Tomar un desayuno saludable: trabajar con el estómago vacío no es bueno. Es fundamental alimentarse bien para estar alerta y no distraerse por el hambre.
- Visualizar con optimismo: la mañana es el momento perfecto para meditar o visualizar lo que se desarrollará durante el día, aunque sólo sea un minuto de pensamiento positivo, ayuda a mejorar el estado de ánimo y las perspectivas de la carga laboral.
- Empezar por el trabajo duro: comenzar con la tarea menos deseable o más difícil de realizar, puede disminuir el estrés durante el día. La mañana es el momento en que el nivel de energía se encuentra más alto, por lo tanto, se está mejor equipado para manejar los proyectos que presentan mayor dificultad.
Fuente:
Jennifer Cohen, Columnista de Forbes y Entrenadora Personal.
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