Dos décadas después de que la mayor reunión de mujeres a nivel mundial adoptara un programa ambicioso para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, la situación apenas ha mejorado con respecto a la igualdad en el trabajo.
“Las mujeres que trabajan, ¿se encuentran en una posición mejor que hace 20 años?”, dijo el Director General de la OIT, Guy Ryder. “La respuesta es un sí condicional. ¿Este progreso ha satisfecho nuestras expectativas? La respuesta es decididamente no. Necesitamos ser innovadores para reformular el debate y concentrarnos en garantizar los derechos de las mujeres en el trabajo, promover la igualdad de género y el empoderamiento económico de las mujeres”.
Los progresos alcanzados en la puesta en práctica de la Declaración y la Plataforma de Acción adoptados en la Cuarta Conferencia de la Mujer en Beijing en 1995 son heterogéneos, señala la OIT en una nota informativa preparada para el Día Internacional de la Mujer .
Al mismo tiempo, la OIT ha publicado un nuevo documento de trabajo sobre la “brecha salarial relacionada con la maternidad”, que además con frecuencia penaliza a las mujeres por encima de la diferencia salarial que ya experimentan. De acuerdo con “The motherhood pay gap: A review of the issues, theory and international evidence ” (La brecha salarial relacionada con la maternidad: Un análisis de los problemas, teorías y datos internacionales”), las madres con frecuencia ganan menos que las mujeres sin hijos, según el lugar dónde viven y cuántos niños tienen.
Algunos avances, varios desafíos
En términos de políticas, legislación y ratificación de las normas internacionales del trabajo, se han registrado avances importantes. En 1995, por ejemplo, 126 Estados miembros de la OIT habían ratificado el Convenio sobre igualdad de remuneración, 1951 (núm. 100) y 122 el Convenio sobre la discriminación (empleo y ocupación), 1958 (núm. 111) . Hoy en día, las cifras son 171 y 172, respectivamente.
Sin embargo, las mujeres siguen enfrentando una discriminación y desigualdad generalizadas en el lugar de trabajo. En la mayoría de las regiones del mundo, las mujeres con frecuencia ocupan empleos infravalorados y mal remunerados; carecen de acceso a la educación, la formación o las oportunidades de trabajo; tienen un poder limitado de negociación y de toma de decisiones, y siguen cargando con la responsabilidad de la mayor parte del trabajo doméstico no remunerado.
A nivel mundial, la disparidad de las tasas de participación en el mercado laboral entre hombres y mujeres disminuyó sólo ligeramente desde 1995. En la actualidad, alrededor de 50 por ciento del total de las mujeres trabaja, frente a 77 por ciento de los hombres. En 1995, estas cifras eran de 52 por ciento y 80 por ciento respectivamente. Se estima que reducir la brecha de la participación entre los hombres y las mujeres en los países del G20 para 2025 incorporaría a más de 100 millones de mujeres a la fuerza laboral. (Vea G20 Leaders’ Communiqué from Brisbane Summit )
El acceso a la protección de la maternidad ha mejorado, aunque muchas mujeres todavía están excluidas. Si bien, a nivel mundial, el porcentaje de países que ofrecen 14 semanas o más de licencia por maternidad, ha aumentado de 38 por ciento a 51 por ciento, más de 800 millones de trabajadoras, o 41 por ciento de todas las mujeres, aún no tienen una cobertura de adecuada de la maternidad.
Al mismo tiempo, los Estados reconocen cada vez más las responsabilidades familiares de los hombres (Vea La maternidad y la paternidad en el trabajo: Legislación y práctica en el mundo - 2014 ). En 1994, 28 por ciento de los países examinados ofrecía alguna forma de licencia parental. Para 2013, esta cifra llegó a 47 por ciento.
Hoy día, las mujeres son propietarias y dirigen más de 30 por ciento de todas las empresas, pero tienden a estar concentradas en las micros y pequeñas empresas. Las mujeres ocupan puestos en los consejos de administración del 19 por ciento de las empresas a nivel mundial, y sólo cinco por ciento o menos de los directores ejecutivos de las mayores empresas del mundo son mujeres.
Si bien los hombres comienzan a asumir más responsabilidades familiares, las mujeres siguen realizando la mayor parte del trabajo de cuidado, lo cual limita con frecuencia su acceso a un empleo remunerado del todo (Vea Informe Mundial sobre Salarios 2014/2015 ), o las confina en empleos a tiempo parcial, que en general no son tan bien remunerados. Por ejemplo, en la Unión Europea (UE), las mujeres dedican un promedio de 26 horas semanales a las actividades domésticas y de cuidado, frente a las nueve horas para los hombres (Vea Progress on equality between women and men, European Commission, 2013 ).
La violencia sigue siendo un factor que mina la dignidad de las mujeres y el acceso al trabajo decente. Alrededor de 35 por ciento de las mujeres son víctimas de violencia física y/o sexual, que afecta su asistencia al trabajo.
Aún persiste la brecha salarial de género, tanto para las mujeres con y sin hijos. En general, las mujeres ganan en promedio 77 por ciento de lo que ganan los hombres, con la diferencia absoluta que se amplia para las mujeres mejor remuneradas. La OIT señala que al ritmo actual, sin una acción dirigida, la igualdad salarial entre hombres y mujeres no será alcanzada antes de 2086, es decir, dentro de al menos 71 años (Vea Igualdad salarial - Guía introductoria ).
Además, la OIT sostiene que al parecer la diferencia de remuneración no ajustada relacionada con la maternidad tiende a ser mayor en los países en desarrollo que en los países desarrollados.
A nivel mundial, la brecha salarial relacionada con la maternidad aumenta con el número de niños que tiene la mujer. En muchos países europeos, por ejemplo, un solo hijo tiene sólo un pequeño efecto negativo, pero las mujeres con dos y, sobre todo, tres hijos experimentan una sanción salarial. En los países en desarrollo, los datos sugieren que el sexo de los hijos también puede ser importante, ya que es más probable que las hijas ayuden con las tareas domésticas y de cuidado, reduciendo la brecha relacionada con la maternidad.
“La conclusión principal 20 años después de la Conferencia de Beijing es que, a pesar de los progresos marginales, tendrán que pasar años o décadas antes de que las mujeres disfruten de los mismos derechos que los hombres en el trabajo”, declaró Shauna Olney, Jefa del Servicio de género, igualdad y diversidad de la OIT.
“La OIT lanzó la iniciativa del Centenario las mujeres en el trabajo a fin de acelerar sus esfuerzos dirigidos a apoyar la acción mundial para hacer frente a este desafío y cumplir con el programa de transformación sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres establecido en los objetivos de desarrollo sostenibles propuestos por la ONU. Este cambio no se producirá de manera automática. Para que esto ocurra, son necesarias intervenciones políticas específicas, concretas y valientes”.
Sin embargo, las mujeres siguen enfrentando una discriminación y desigualdad generalizadas en el lugar de trabajo. En la mayoría de las regiones del mundo, las mujeres con frecuencia ocupan empleos infravalorados y mal remunerados; carecen de acceso a la educación, la formación o las oportunidades de trabajo; tienen un poder limitado de negociación y de toma de decisiones, y siguen cargando con la responsabilidad de la mayor parte del trabajo doméstico no remunerado.
A nivel mundial, la disparidad de las tasas de participación en el mercado laboral entre hombres y mujeres disminuyó sólo ligeramente desde 1995. En la actualidad, alrededor de 50 por ciento del total de las mujeres trabaja, frente a 77 por ciento de los hombres. En 1995, estas cifras eran de 52 por ciento y 80 por ciento respectivamente. Se estima que reducir la brecha de la participación entre los hombres y las mujeres en los países del G20 para 2025 incorporaría a más de 100 millones de mujeres a la fuerza laboral. (Vea G20 Leaders’ Communiqué from Brisbane Summit )
El acceso a la protección de la maternidad ha mejorado, aunque muchas mujeres todavía están excluidas. Si bien, a nivel mundial, el porcentaje de países que ofrecen 14 semanas o más de licencia por maternidad, ha aumentado de 38 por ciento a 51 por ciento, más de 800 millones de trabajadoras, o 41 por ciento de todas las mujeres, aún no tienen una cobertura de adecuada de la maternidad.
Al mismo tiempo, los Estados reconocen cada vez más las responsabilidades familiares de los hombres (Vea La maternidad y la paternidad en el trabajo: Legislación y práctica en el mundo - 2014 ). En 1994, 28 por ciento de los países examinados ofrecía alguna forma de licencia parental. Para 2013, esta cifra llegó a 47 por ciento.
Hoy día, las mujeres son propietarias y dirigen más de 30 por ciento de todas las empresas, pero tienden a estar concentradas en las micros y pequeñas empresas. Las mujeres ocupan puestos en los consejos de administración del 19 por ciento de las empresas a nivel mundial, y sólo cinco por ciento o menos de los directores ejecutivos de las mayores empresas del mundo son mujeres.
Si bien los hombres comienzan a asumir más responsabilidades familiares, las mujeres siguen realizando la mayor parte del trabajo de cuidado, lo cual limita con frecuencia su acceso a un empleo remunerado del todo (Vea Informe Mundial sobre Salarios 2014/2015 ), o las confina en empleos a tiempo parcial, que en general no son tan bien remunerados. Por ejemplo, en la Unión Europea (UE), las mujeres dedican un promedio de 26 horas semanales a las actividades domésticas y de cuidado, frente a las nueve horas para los hombres (Vea Progress on equality between women and men, European Commission, 2013 ).
La violencia sigue siendo un factor que mina la dignidad de las mujeres y el acceso al trabajo decente. Alrededor de 35 por ciento de las mujeres son víctimas de violencia física y/o sexual, que afecta su asistencia al trabajo.
Aún persiste la brecha salarial de género, tanto para las mujeres con y sin hijos. En general, las mujeres ganan en promedio 77 por ciento de lo que ganan los hombres, con la diferencia absoluta que se amplia para las mujeres mejor remuneradas. La OIT señala que al ritmo actual, sin una acción dirigida, la igualdad salarial entre hombres y mujeres no será alcanzada antes de 2086, es decir, dentro de al menos 71 años (Vea Igualdad salarial - Guía introductoria ).
Además, la OIT sostiene que al parecer la diferencia de remuneración no ajustada relacionada con la maternidad tiende a ser mayor en los países en desarrollo que en los países desarrollados.
A nivel mundial, la brecha salarial relacionada con la maternidad aumenta con el número de niños que tiene la mujer. En muchos países europeos, por ejemplo, un solo hijo tiene sólo un pequeño efecto negativo, pero las mujeres con dos y, sobre todo, tres hijos experimentan una sanción salarial. En los países en desarrollo, los datos sugieren que el sexo de los hijos también puede ser importante, ya que es más probable que las hijas ayuden con las tareas domésticas y de cuidado, reduciendo la brecha relacionada con la maternidad.
“La conclusión principal 20 años después de la Conferencia de Beijing es que, a pesar de los progresos marginales, tendrán que pasar años o décadas antes de que las mujeres disfruten de los mismos derechos que los hombres en el trabajo”, declaró Shauna Olney, Jefa del Servicio de género, igualdad y diversidad de la OIT.
“La OIT lanzó la iniciativa del Centenario las mujeres en el trabajo a fin de acelerar sus esfuerzos dirigidos a apoyar la acción mundial para hacer frente a este desafío y cumplir con el programa de transformación sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres establecido en los objetivos de desarrollo sostenibles propuestos por la ONU. Este cambio no se producirá de manera automática. Para que esto ocurra, son necesarias intervenciones políticas específicas, concretas y valientes”.
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