viernes, 12 de diciembre de 2014

La prevención de los riesgos laborales para los trabajadores del sector informal

Foto: El Universal

Hay un creciente acuerdo internacional en favor de las transferencias de dinero en efectivo como método para poner coto a la pobreza, y en especial en el caso de los trabajadores de la economía informal. No obstante, se echa en falta una protección social laboral para los trabajadores del sector informal por su condición de trabajadores en lugar de por su condición de ciudadanos con derecho a programas de protección social tales como el acceso a la seguridad social y a los ahorros para la jubilación. Esto se refiere, de forma muy particular, a las medidas destinadas a la protección de la salud y la seguridad en el trabajo.

El trabajo en la economía informal
En la mayoría de los países en desarrollo, la economía informal es un sector extenso que comprende alrededor de la mitad o más de la totalidad del empleo no agrícola. Asimismo, «el empleo atípico» está creciendo también en muchos países del hemisferio norte. Las tendencias son claras, ya sean contabilizadas por el porcentaje respecto al total de los trabajadores, por el porcentaje de empresas o por el porcentaje de contribución al PIB.

En muchos países, hay un segmento de trabajadores de ese sector que perciben rentas elevadas; no obstante, la mayoría de ellos son pobres y algunos sumamente pobres. Una parte del trabajo informal es ilegal, pero la gran mayoría de estos trabajadores se encuentran en sectores regulados y se dedican al comercio de bienes legales, aunque sus empresas podrían no estar registradas. Algunas personas eligen el empleo por cuenta propia, por motivos de autonomía y flexibilidad, porque «se trata de una tradición familiar» o porque perciben oportunidades de obtener con él ingresos más elevados. Pero la mayoría de ellas no tienen otra elección que la de dedicarse a lo que hacen.

La fragmentación de la producción y de los procesos de trabajo, junto con la externalización del trabajo, es una tendencia que se expande rápidamente por todo el mundo: una persona que ha tenido un puesto de trabajo a tiempo completo, con una serie de prestaciones sociales, como un seguro de salud, pasa a una nueva modalidad de contratación con arreglo a la cual desempeñará las mismas funciones, para la misma persona, entidad o empresa, pero convirtiéndose en un trabajador o trabajadora «por cuenta propia». Por lo general, la responsabilidad para la seguridad y salud del trabajador es transferida de la empresa al trabajador.

Varios acuerdos e instrumentos internacionales otorgan derechos a los trabajadores informales. Sin embargo, estos derechos y convenios no se cumplen en el ámbito de la salud y la seguridad profesional.

Con objeto de ampliar la protección social, los programas de trabajo decente y los pisos de protección social, es imprescindible aplicar medidas que prioricen y afronten los riesgos de los trabajadores informales

Trabajo, salud y pobreza
Para millones de trabajadores del sector informal en todo el mundo, el trabajo representa una fuente de riesgos. La fortaleza física es vital para la capacidad de trabajar. El trabajo en condiciones perjudiciales puede agotar esa fortaleza. Cuando la mala salud impide seguir trabajando, la percepción de ingresos se resiente. Los trabajadores del sector informal se ven expuestos también a enfermedades causadas por la pobreza y derivadas de condiciones deficientes en la vivienda, los servicios de saneamiento, ventilación o suministro de agua.

Los trabajadores del sector informal afrontan otros riesgos derivados de la pobreza, tales como la incertidumbre en la obtención de ingresos y una nutrición deficiente, que puede ser causa, a su vez, de agotamiento físico. Un ingreso reducido resta oportunidades de negarse a desempeñar un trabajo peligroso. El citado Día Mundial de 2014 pone de relieve los riesgos que representan para los trabajadores la producción y el manejo de sustancias tóxicas, y es evidente que la falta de salud y seguridad en el trabajo (SST) acentúa estos peligros.

A falta de estas medidas, las políticas más habituales son la autorregulación por parte de los asalariados y los trabajadores por cuenta propia más pobres. No obstante, en las comunidades más pobres, en lugares de trabajo peligrosos o insalubres, el control sobre factores externos como los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento es escaso o nulo, y la gente no puede coasegurarse con facilidad ni permitirse pagar seguros privados de salud.
El modelo tradicional de salud y seguridad en el trabajo
Tradicionalmente, la SST ha centrado su atención en un trabajador individual, en un lugar de trabajo formal y dando por supuesto que este es independiente de su lugar de residencia. La incidencia de este modelo para la mayoría de los trabajadores de nuestra época es escasa. Muchos trabajan en lugares públicos, como calles o mercados improvisados en las cunetas de las carreteras. Muchos otros trabajan en sus propias casas. Hay otros, como los trabajadores domésticos y los cuidadores de atención domiciliaria, que pueden hacerlo en el domicilio particular de alguna otra persona. Cada vez hay más gente que trabaja como «recolectores de residuos» en vertederos de basura, separando y reciclando materiales.

El modelo tradicional de SST —en virtud del cual las medidas adoptadas en materia de SST forman parte de las obligaciones jurídicas del empleador, hay un cuerpo de inspectores con directrices claras para la aplicación de normas y reglas destinadas a la detección y la evaluación de los riesgos, así como de las enfermedades y lesiones— tiene que proseguir. No obstante, el modelo debe mejorarse mediante su ampliación en otro más integrador en el que se tengan en cuenta las transformaciones mundiales en el empleo y el lugar de trabajo.
Poner fin al estancamiento
Hay una serie de medidas prácticas que tienen potencial para forjar un sistema de protección de la salud y la seguridad de los trabajadores del sector informal.
  • Es necesario contar con mejores estadísticas sobre enfermedades profesionales y accidentes laborales de los trabajadores atípicos o del sector informal. Los riesgos laborales dependen de cada sector. Contamos con muy pocos datos fiables para conocer cuál es la incidencia de estos riesgos en cada sector de los diversos países y qué tipo de lesiones son las más habituales. Por consiguiente, nos falta una base para ordenar las intervenciones preventivas en función de las prioridades.
  • Deberían constituirse plataformas de organizaciones de trabajadores con objeto de formular y reformar, aplicar y supervisar políticas, tal como se ha hecho con éxito en varias ciudades y países.
  • Debería prestarse atención a recopilar y difundir casos de éxito en el diseño de equipos de espacios de trabajo para los trabajadores informales de los diversos sectores.
  • Debería proseguirse la integración de la salud y la seguridad de los trabajadores del sector laboral en los servicios de atención primaria, pero haciendo hincapié en incluir medidas preventivas. 

Para afrontar estos desafíos, y dada la diversidad de casos dentro del sector informal, puede ser conveniente aplicar una estrategia por sectores.

Para celebrar el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, 2014, se ha exhortado a que se preste una mayor atención a la aplicación de intervenciones pertinentes en materia de seguridad social destinadas a satisfacer las necesidades de los trabajadores informales en sus lugares de trabajo.

Francie Lund, Universidad de KwaZulu-Natal, Durban, Sudáfrica, es Directora del programa Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO, por su siglas en inglés), una red global sobre políticas de investigación para la protección social.
Bibliografía
Lund, F. 2012. «La protección social laboral de los trabajadores del sector informal», en Revista Internacional de Seguridad Social, vol. 65, núm. 4.

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