Los trabajadores que padecen estrés laboral pueden llegar a desarrollar graves problemas de salud mentales y físicos. Esto, a su vez, repercute en la organización y la sociedad en conjunto.
Para el trabajador individual, los efectos negativos pueden ser, entre otros:
- agotamiento y depresión;
- dificultades de concentración;
- problemas domésticos;
- alcoholismo y drogadicción; y
- mala salud física, especialmente enfermedades cardiovasculares y problemas musculoesqueléticos.
A nivel de la organización, entre los efectos negativos se incluyen los siguientes:
- rendimiento empresarial deficiente;
- aumento del absentismo;
- 'presentismo' (los trabajadores acuden a trabajar cuando están enfermos y no rinden como deberían); y
- aumento de los índices de accidentes y lesiones.
Como aspecto positivo, la creación de un buen ambiente de trabajo psicosocial garantiza la salud y la productividad de los empleados en el trabajo. Las bajas por estrés laboral se reducirán o desaparecerán, así como los costes derivados de la pérdida de productividad.
Una buena gestión del estrés laboral y los riesgos psicosociales ayudará a mantener la satisfacción entre la plantilla. De este modo, aumentarán la participación del trabajador, el compromiso y la innovación.
El estrés laboral también puede contribuir al aumento de las tasas de jubilación anticipada. Un ambiente de trabajo positivo le ayudará a retener a dichos trabajadores.
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