“Enojarse es fácil, pero enojarse en la magnitud adecuada, con la persona adecuada, por la razón adecuada, en el momento adecuado, eso es cosa de sabios" Aristóteles.
Este tipo de reacción pone en funcionamiento todos los mecanismos de defensa del organismo; se producen o elevan hormonas y sustancias que disparan la tensión arterial, aumenta la frecuencia cardíaca y respiratoria, se dilatan los vasos sanguíneos del cerebro e incrementa la oxigenación neuronal. Cuando son frecuentes, aumentan el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.
Utiliza el enojo a tu favor
Muchas veces es inevitable disgustarnos ante situaciones que consideramos injustas, no obstante, puedes utilizar este sentimiento de manera más inteligente, no pierdas el control…
Muchas veces es inevitable disgustarnos ante situaciones que consideramos injustas, no obstante, puedes utilizar este sentimiento de manera más inteligente, no pierdas el control…
Generalmente, vivimos el enojo en 2 posibilidades: lo evadimos y hacemos como si no existiera, reprimiendo nuestras emociones o tomamos represarías negativamente contra quien causó esta situación. Pero, hay formas más sanas de afrontarlo…
Utiliza el disgusto como un recurso que te permita resolver el conflicto, empléalo como un impulso para lograr cambios o mejoras, por ejemplo, si tuviste una discusión con un compañero de trabajo, analiza qué la originó y dialoga con la persona involucrada exponiéndole tus razones y escuchando las suyas, esto ayudará a que muchos comportamientos que generan el inconveniente puedan corregirse y no se vuelvan a presentar.
Recuerda que evadir no es resolver. No admitir ante otros que estamos enojados no es la solución, ¿Cómo puedes resolver un conflicto si no eres capaz de hacerle saber al otro lo que sientes y piensas?
Utiliza el disgusto como un recurso que te permita resolver el conflicto, empléalo como un impulso para lograr cambios o mejoras, por ejemplo, si tuviste una discusión con un compañero de trabajo, analiza qué la originó y dialoga con la persona involucrada exponiéndole tus razones y escuchando las suyas, esto ayudará a que muchos comportamientos que generan el inconveniente puedan corregirse y no se vuelvan a presentar.
Recuerda que evadir no es resolver. No admitir ante otros que estamos enojados no es la solución, ¿Cómo puedes resolver un conflicto si no eres capaz de hacerle saber al otro lo que sientes y piensas?
Asúmelo de manera objetiva y responsable. Lo común es culpar a los demás por la situación en la que nos encontramos, tendiendo a sentirnos como las víctimas de lo ocurrido. Reflexiona, toma conciencia de lo que está en tus manos y asume tu posible responsabilidad, esto te permitirá superar más fácilmente el sentimiento de disgusto.
5 Tips para no explotar
- Cuenta hasta 10 y respira: hazlo mentalmente al tiempo que aspiras despacio por la nariz, lleva el aire hasta el estómago y exhala lentamente por la boca. Hacerlo te brindará calma y tranquilidad.
- Toma distancia: aléjate por un momento de la persona o situación que te generó el enojo, camina y piensa en cosas más agradables, no actúes impulsivamente ni tomes decisiones con la cabeza “caliente”.
- Piensa con inteligencia: utiliza frases como “Puedo controlar esta situación”, “No voy a dejar que me saque de casillas”, “Debo dar ejemplo”, etc. Hacerlo te ayudará a retomar el control y a pensar con más objetividad.
- Ejercítate periódicamente: el deporte disminuye considerablemente el estrés, evitando que se acumule y generando mayor sensación de bienestar.
- Realiza actividades relajantes: toma vacaciones, ve al cine, lee un libro, despéjate y dale un descanso a tu mente, es realmente necesario.
Fuente:
No hay comentarios:
Publicar un comentario